Aquí tenéis la dirección de mi nuevo blog:
http://elmundodelauri.wordpress.com
domingo, 28 de noviembre de 2010
jueves, 18 de noviembre de 2010
Seré mentirosa?
Supuestamente había escrito la semana pasada mi último post pero ya estoy escribiendo otro de nuevo. Hoy tuvó lugar en la Universidad Autónoma un acto para firmar un nuevo acuerdo entre la UAM y el banco Santánder con la presencia del Rector de la Universidad y Emilio Botín (entre muchos otros). Fui invitada como ex-becaria (beca CEAL de la Autónoma de Madrid financiada por el banco Santánder) para hablar de mi experiencia en Brasil. Aquí os dejo algunas fotos y en cuanto consiga un artículo sobre ello, lo colgaré.
martes, 9 de noviembre de 2010
Time to say goodbye!
Después de unos meses de ausencia, ya es hora de despedirse de este blog. Espero que haya sido de alguna utilidad para alguien, y que otros hayan disfrutado simplemente leyéndolo. Yo disfruté actualizándolo igual qu disfruté durante mi estancia. Me permitió recordar todos aquellos momentos buenos y malos pasados en Porto Alegre. Sin embargo, esto no es el fin y dentro de algunos meses (eso espero) os pueda dar la dirección de un nuevo blog, dedicado a otro viaje... Me callaré de momento el destino :p
Gracias a todos los que lo habéis visitado :) Intentaré colgar un último video para despedirme (si la tecnología me deja, que de momento no se encuentra de mi lado...).
GRACIAS...
Gracias a todos los que lo habéis visitado :) Intentaré colgar un último video para despedirme (si la tecnología me deja, que de momento no se encuentra de mi lado...).
GRACIAS...
domingo, 8 de agosto de 2010
Iguaçú
Iguaçú fue una de nuestras últimas visitas. Imposible irse de Brasil sin haber visto las más espectaculares cataratas de toda América del Sur. Iguaçú se encuentra al norte de Porto Alegre, en el estado de Paraná y hace frontera con Argentina y Paraguay.
Nosotros emprendimos nuestro viaje hacía Paraná el 19 de diciembre. Unas quince horas de viaje en autobus, si recuerdo bien, y una noche llena de risas, de encuentros (para algunos ^^) y una pizca de tristeza ya que yo no iba a volver a Porto Alegre. Al llegar allí, nos trasladamos hasta nuestro hostal para los tres dias: Hostal Paudimar. Es una muy buena opción para alojarse ya que es un sitio tranquilo y muy barato (unos 10 dólares por noche con desayuno buffet incluído). Como ya os imagináis, las habitaciones no eran muy lujosas pero tampoco es lo que buscabamos en este viaje :p
Apenas tuvimos tiempo para soltar las maletas y ya estabámos de camino para la visita del parque nacional de Iguaçú. Esa es la parte brasileña de las cataratas y nos proporciona unas vistas panorámicas del sitio. Considero que Iguaçú es el sitio más bonito que jamas haya visitado. Fue incre increíble encontrarse en un lugar tan grande y tan majestuoso. El recorrido es de 1200 m y tardamos unas dos horas y media en verlo. Cómo ya visteis en otro post, también un momento para conocer otros animales hasta ahora desconocidos para nosotros. Se aprecia mejor el sentido de mis palabras al ver las fotos :)
Nosotros emprendimos nuestro viaje hacía Paraná el 19 de diciembre. Unas quince horas de viaje en autobus, si recuerdo bien, y una noche llena de risas, de encuentros (para algunos ^^) y una pizca de tristeza ya que yo no iba a volver a Porto Alegre. Al llegar allí, nos trasladamos hasta nuestro hostal para los tres dias: Hostal Paudimar. Es una muy buena opción para alojarse ya que es un sitio tranquilo y muy barato (unos 10 dólares por noche con desayuno buffet incluído). Como ya os imagináis, las habitaciones no eran muy lujosas pero tampoco es lo que buscabamos en este viaje :p
Apenas tuvimos tiempo para soltar las maletas y ya estabámos de camino para la visita del parque nacional de Iguaçú. Esa es la parte brasileña de las cataratas y nos proporciona unas vistas panorámicas del sitio. Considero que Iguaçú es el sitio más bonito que jamas haya visitado. Fue incre increíble encontrarse en un lugar tan grande y tan majestuoso. El recorrido es de 1200 m y tardamos unas dos horas y media en verlo. Cómo ya visteis en otro post, también un momento para conocer otros animales hasta ahora desconocidos para nosotros. Se aprecia mejor el sentido de mis palabras al ver las fotos :)
El segundo día, decidimos aprovechar la oportunidad y irnos hasta Paraguay, Ciudad del Este. Aún recuerdo el video que grabamos antes de pasar la frontera: "Papa, mamán os queremos, tal vez sea la última vez que nos veáis... jeje" Bromeando, bromeando pero al final no tanto. Entrar en Paraguay fue un caos total. Miles de personas cruzando la frontera con teles, ropa, muebles... Ciudad del Este es una ciudad libre de impuestos y por eso atrae a tanta gente. Realmente, no hay nada qué visitar, sólo compras que hacer... Lo más curioso fue ver todas las decoraciones de navidad colgando por todas partes con un calor asfixiante. Al salir de un pequeño centro comercial, vimos a un hombre guardar una pistola en su pantalón y ese fue el momento en que decidimos todos que ya era hora de volver al hostal :p
El tercer día pasamos la frontera que separa Argentina y Brasil para ver las cataratas del lado argentino. Esta vez, en el corazón de las cataratas hasta llegar a la famosa garganta del diablo. Una pasada. Mucho más impresionantes que el lado brasileño. El recorrido es un poco más largo que el recorrido brasileño. Dedicamos todo el dia a visitar a esta visita y ya al final de la tarde, cogimos un taxi (bueno, varios porque entre que éramos 5 y cada uno con unas cuantas maletas) y llegamos justo a tiempo para pillar el autobus que nos llevaría a nuestro siguiente destino: Floripa (post anterior)...
El tercer día pasamos la frontera que separa Argentina y Brasil para ver las cataratas del lado argentino. Esta vez, en el corazón de las cataratas hasta llegar a la famosa garganta del diablo. Una pasada. Mucho más impresionantes que el lado brasileño. El recorrido es un poco más largo que el recorrido brasileño. Dedicamos todo el dia a visitar a esta visita y ya al final de la tarde, cogimos un taxi (bueno, varios porque entre que éramos 5 y cada uno con unas cuantas maletas) y llegamos justo a tiempo para pillar el autobus que nos llevaría a nuestro siguiente destino: Floripa (post anterior)...
miércoles, 23 de junio de 2010
Floripa: segunda parte
Floripa, segunda vez.
En nuestras últimas semanas en Brasil, decidimos viajar a Iguaçú y después a Floripa. El viaje entre Iguaçú y Floripa fue en autobus y de noche (cómo no). Me acuerdo muy poco del viaje la verdad, tal vez porque fue el más tranquilo de todos (no nos pasó nada raro) y yo me dormí durante todo el trayecto (los días en Iguaçú fueron agotadores). Viajamos 5: Luis, Borja, Antonio, Javi y yo. Al llegar a Floripa, cogimos un taxi para llegar hasta el apartamento que habíamos alquilado. En verano los precios de Floripa suben excesivamente. Antonio, Javi, Ana y yo habíamos decidido alquilar un pequeño apartamento para 4 personas durante los 10 próximos días. Sin embargo, pretendíamos estar más gente en el apartamento. Al llegar allí, recuperamos las llaves del apartamento y fuimos juntándonos con todos nuestros compañeros españoles. Descubrimos la playa que estaba a escasos metros de nuestro apartamento: a praia Jurêrê Tradicional. Agua muy tranquila (sin ninguna ola y temperatura muy alta), lo mejor!
Los días en Floripa fueron una locura total. Pasamos la nochebuena allí, todos reunidos alrededor de una cena buenísima: Embutido español, pollo al chocolate y crêpes (a quién se lo tenéis que agradecer? jum jum). Cena acompañada con mucho alcohol (váis a acabar pensando que no hicimos más que emborracharnos, lo que es en parte verdad, pero eso no fue todo). 11 españoles y una francesa si recuerdo bien. Después de la cena, decidimos salir a la playa, pensando que iba a haber fiesta, pero no hubo nada de nada. De hecho, éramos los únicos en la playa. Los españoles se sorprendieron mucho, yo no tanto en realidad porque en Francia tampoco se sale el día de Nochebuena. Enfín, cómo buenos españoles, nosotros acabamos la noche en el agua del mar y sin saber muy bien cómo, conseguimos dormir los 12 en el piso.
Bueno, no fue todo fiesta, también aprovechamos para visitar cada día una playa diferente: Barra da Lagoa, Praia do Moçambique, Jurêrê.. Yo, un poco más sobria que los demás, me levantaba pronto para bajar a la playa.
También pasamos una tarde en una isla: a ilha do francês. Allí podíamos bucear., o algo parecido a bucear. Nuevas experiencias, nuevas sensaciones y nueva piel morena ;)
Poco a poco, nuestros compañeros se fueron. Despedidas con las promesas de volver a vernos. Para el año nuevo, nos quedamos 5. Otra cenita llena de tradiciones españolas junto a nuevas costumbres brasileñas. Obviamente, nos tomamos las 12 uvas a la vez que los españoles :p Y algunas horas más tarde, vestidos de blanco y con una botella en mano, bajamos a la playa dónde todos los brasileños se juntaron para ver los fuegos artificiales. A las 12, saltamos 7 olas (no sé porque, pero nos dijeron que lo hiciéramos jeje) y arrojamos al mar una botella con el nombre de una persona escrito en el interior. Las horas siguientes las pasamos en la playa, de fiesta ;)
1/01/2010: último día en Brasil, última oportunidad de comprar todos los regalos. Ana y yo dedicamos el día a las compras y al regateo. Mucho mucho mucho hablar y grandes descuentos.
02/01/2010: todavía sin haberme recuperado de estos últimos 10 días, recogí todas mis pertenencias (o eso creí, pero me dejé allí unas cuantas cosas :s). Fui hacía el aeropuerto, cargada como nunca y me despedí del país que me había acogido durante 6 meses ;) florianopolis-Buenos Aires-Madrid.
Hasta pronto Brasil!
En nuestras últimas semanas en Brasil, decidimos viajar a Iguaçú y después a Floripa. El viaje entre Iguaçú y Floripa fue en autobus y de noche (cómo no). Me acuerdo muy poco del viaje la verdad, tal vez porque fue el más tranquilo de todos (no nos pasó nada raro) y yo me dormí durante todo el trayecto (los días en Iguaçú fueron agotadores). Viajamos 5: Luis, Borja, Antonio, Javi y yo. Al llegar a Floripa, cogimos un taxi para llegar hasta el apartamento que habíamos alquilado. En verano los precios de Floripa suben excesivamente. Antonio, Javi, Ana y yo habíamos decidido alquilar un pequeño apartamento para 4 personas durante los 10 próximos días. Sin embargo, pretendíamos estar más gente en el apartamento. Al llegar allí, recuperamos las llaves del apartamento y fuimos juntándonos con todos nuestros compañeros españoles. Descubrimos la playa que estaba a escasos metros de nuestro apartamento: a praia Jurêrê Tradicional. Agua muy tranquila (sin ninguna ola y temperatura muy alta), lo mejor!
Los días en Floripa fueron una locura total. Pasamos la nochebuena allí, todos reunidos alrededor de una cena buenísima: Embutido español, pollo al chocolate y crêpes (a quién se lo tenéis que agradecer? jum jum). Cena acompañada con mucho alcohol (váis a acabar pensando que no hicimos más que emborracharnos, lo que es en parte verdad, pero eso no fue todo). 11 españoles y una francesa si recuerdo bien. Después de la cena, decidimos salir a la playa, pensando que iba a haber fiesta, pero no hubo nada de nada. De hecho, éramos los únicos en la playa. Los españoles se sorprendieron mucho, yo no tanto en realidad porque en Francia tampoco se sale el día de Nochebuena. Enfín, cómo buenos españoles, nosotros acabamos la noche en el agua del mar y sin saber muy bien cómo, conseguimos dormir los 12 en el piso.
Bueno, no fue todo fiesta, también aprovechamos para visitar cada día una playa diferente: Barra da Lagoa, Praia do Moçambique, Jurêrê.. Yo, un poco más sobria que los demás, me levantaba pronto para bajar a la playa.
También pasamos una tarde en una isla: a ilha do francês. Allí podíamos bucear., o algo parecido a bucear. Nuevas experiencias, nuevas sensaciones y nueva piel morena ;)
Poco a poco, nuestros compañeros se fueron. Despedidas con las promesas de volver a vernos. Para el año nuevo, nos quedamos 5. Otra cenita llena de tradiciones españolas junto a nuevas costumbres brasileñas. Obviamente, nos tomamos las 12 uvas a la vez que los españoles :p Y algunas horas más tarde, vestidos de blanco y con una botella en mano, bajamos a la playa dónde todos los brasileños se juntaron para ver los fuegos artificiales. A las 12, saltamos 7 olas (no sé porque, pero nos dijeron que lo hiciéramos jeje) y arrojamos al mar una botella con el nombre de una persona escrito en el interior. Las horas siguientes las pasamos en la playa, de fiesta ;)
1/01/2010: último día en Brasil, última oportunidad de comprar todos los regalos. Ana y yo dedicamos el día a las compras y al regateo. Mucho mucho mucho hablar y grandes descuentos.
02/01/2010: todavía sin haberme recuperado de estos últimos 10 días, recogí todas mis pertenencias (o eso creí, pero me dejé allí unas cuantas cosas :s). Fui hacía el aeropuerto, cargada como nunca y me despedí del país que me había acogido durante 6 meses ;) florianopolis-Buenos Aires-Madrid.
Hasta pronto Brasil!
domingo, 20 de junio de 2010
Floripa, primera parte
En los próximos post voy a intentar contaros nuestros viajes, o más bien aventuras. Florianópolis fue el primer destino. A las dos semanas de llegar, recibimos un email de la universidad informándonos de que el principio de las clases iba a atrasarse por culpa de la gripe A. Entonces, Borja, Caro (a los que había conocido dos días antes) y yo decidimos irnos de vacaciones unos días a Florianópolis. Floripa es una isla al norte de Porto Alegre (a unos 600 km) situada en el estado de Santa Catarina. A mí me habían hablado muy bien de este sitio, afirmándome que allí se encontraban las playas más hermosas de Brasil; un verdadero paraíso.
Lo primero fue encontrar la estación de autobus, que no fue nada fácil. No teníamos ningún mapa asi que yo iba preguntando a la gente. Cómo era el principio, todavía no teníamos mucha idea de portugués y la verdad es que la gente intentaba explicarnos pero nosotros no entendíamos nada. Después de largas conversaciones, gestos y mimos, y después de andar muchísimo (y encontrarnos con varios puticlubs) ya por fín llegamos a la estación. Compramos allí los billetes, bastante baratos por cierto. Unos 60 reales la ida (lo que corresponde a 25 euros). Por la noche, nos pusimos en marcha sobre las 12 de la noche.
Al entrar en los autobuses, nos quedamos con una cara de sorpresa, buena sorpresa! Y es que los autobuses estaban geniales, nuevo y muy confortables. Nada que ver con los autobuses aquí. Una noche bastante corta, llena de risas y malentendidos (eso va por ti Borja...:p).
En el autobus (siempre tenemos una historia graciosa que contar sobre los autobuses), conocimos a un chico llamado Dimitri. La verdad es que era un chico majo pero muy charlatán.
Al llegar a la estación de Florianópolis, se arrimarón varios hombres preguntándonos que si necesitábamos ayuda.
"Nao, obrigado..." contestamos todo aconjonados.
"Ah, Sao argentinos?" (No sé cuantas veces nos habrán preguntado eso durante esos 6 meses).
Al final, empezamos una conversación con un argentino (si recuerdo bien). Se ofrecía para hacer de taxista y llevarnos a una pousada barata, en una de las playas más bonitas de Florianópolis. Aceptamos, no sin cierto miedo. Los tres nos miramos, los tres estabámos asustados pero ninguno dijo nada. Nos subimos, rezando que no nos pasará nada.
Nuestro taxista resultó ser un buen hombre y nos llevó a ver la isla desde los puntos más altos, para tener las mejores vistas y eso a un precio muy bajo. El no paraba de decir:
"Es que con los ojos preciosos de esta chica, no puedo decir que no."
Y Borja de decirme en voz baja "Lauris, ya sabes, ojitos!!!"
Y yo cómo no, haciendo ojitos para que nos bajará el precio. (Eso tal vez es la cosa más importante que aprendí en Brasil, hacer ojito sirve de mucho! Sobre todo a la hora de regatear...)
Al final nos llevó a una pousada en la playa de Barra da Lagoa. Allí, nos alquilaron un pequeño apartamento. Como era invierno, los precios estaban muy bajos pero en verano, alojarse en Florianópolis es una pasada. Ya os contaré en mi segundo viaje a Floripa.
Dejamos las cosas y bajamos corriendo a la playa. Tierra prometida, ya por fín esto era Brasil! Hacía mucho viento y el agua estaba helada así que de baños nada. Fueron tres dias geniales: paseos por las playas, primeras caipirinhas y todo eso en hawaianas! (waouh, esto sí que es brasileño).
El segundo día, fuimos a lo que llaman "las dunas". Es un sitio en la isla de Floripa (en realidad, creo que hay varios) dónde hay dunas de arena. Allí puedes hacer Sandboard. Por supuesto, decidimos probar y la verdad es que fue una sensación genial Bueno tambiénhay que decir que nosotras no hicimos sandboard de verdad, nos sentamos en la plancha y nos tiramos. La idea era no romperse una pierna a las 2 semanas de estar en Brasil. Lo único malo es que no nos habíamos traído gafas de sol y se nos metía la arena en los ojos. Al cabo de media hora, yo tenía tanta arena en los ojos que no los podía abrir.
"Borja, ayudame por fi, que no puedo abrir los ojos, sacame de las dunas"
"Bahh sí estás fingiendo lauris!"
Y ahí me quedé, media hora sentada en la arena, con los ojos cerrados, sin saber dónde estaba y rogandole al tonto de mi compañero que me llevase fuera para poder limpiarme los ojos. Gafas de sol: indispensable en Floripa.
Pero todo tiene un final y al quarto día nos marchamos para volver a nuestra nueva tierra, Porto Alegre, tan blanco como habíamos llegado.
Mi estancia en Brasil empezó con Floripa, y decidí que tenía que acabar con lo mismo. Por eso, en el siguiente post, os contaré mi segundo descubrimiento de Floripa.
Lo primero fue encontrar la estación de autobus, que no fue nada fácil. No teníamos ningún mapa asi que yo iba preguntando a la gente. Cómo era el principio, todavía no teníamos mucha idea de portugués y la verdad es que la gente intentaba explicarnos pero nosotros no entendíamos nada. Después de largas conversaciones, gestos y mimos, y después de andar muchísimo (y encontrarnos con varios puticlubs) ya por fín llegamos a la estación. Compramos allí los billetes, bastante baratos por cierto. Unos 60 reales la ida (lo que corresponde a 25 euros). Por la noche, nos pusimos en marcha sobre las 12 de la noche.
Al entrar en los autobuses, nos quedamos con una cara de sorpresa, buena sorpresa! Y es que los autobuses estaban geniales, nuevo y muy confortables. Nada que ver con los autobuses aquí. Una noche bastante corta, llena de risas y malentendidos (eso va por ti Borja...:p).
En el autobus (siempre tenemos una historia graciosa que contar sobre los autobuses), conocimos a un chico llamado Dimitri. La verdad es que era un chico majo pero muy charlatán.
Al llegar a la estación de Florianópolis, se arrimarón varios hombres preguntándonos que si necesitábamos ayuda.
"Nao, obrigado..." contestamos todo aconjonados.
"Ah, Sao argentinos?" (No sé cuantas veces nos habrán preguntado eso durante esos 6 meses).
Al final, empezamos una conversación con un argentino (si recuerdo bien). Se ofrecía para hacer de taxista y llevarnos a una pousada barata, en una de las playas más bonitas de Florianópolis. Aceptamos, no sin cierto miedo. Los tres nos miramos, los tres estabámos asustados pero ninguno dijo nada. Nos subimos, rezando que no nos pasará nada.
Nuestro taxista resultó ser un buen hombre y nos llevó a ver la isla desde los puntos más altos, para tener las mejores vistas y eso a un precio muy bajo. El no paraba de decir:
"Es que con los ojos preciosos de esta chica, no puedo decir que no."
Y Borja de decirme en voz baja "Lauris, ya sabes, ojitos!!!"
Y yo cómo no, haciendo ojitos para que nos bajará el precio. (Eso tal vez es la cosa más importante que aprendí en Brasil, hacer ojito sirve de mucho! Sobre todo a la hora de regatear...)
Al final nos llevó a una pousada en la playa de Barra da Lagoa. Allí, nos alquilaron un pequeño apartamento. Como era invierno, los precios estaban muy bajos pero en verano, alojarse en Florianópolis es una pasada. Ya os contaré en mi segundo viaje a Floripa.
Dejamos las cosas y bajamos corriendo a la playa. Tierra prometida, ya por fín esto era Brasil! Hacía mucho viento y el agua estaba helada así que de baños nada. Fueron tres dias geniales: paseos por las playas, primeras caipirinhas y todo eso en hawaianas! (waouh, esto sí que es brasileño).
El segundo día, fuimos a lo que llaman "las dunas". Es un sitio en la isla de Floripa (en realidad, creo que hay varios) dónde hay dunas de arena. Allí puedes hacer Sandboard. Por supuesto, decidimos probar y la verdad es que fue una sensación genial Bueno tambiénhay que decir que nosotras no hicimos sandboard de verdad, nos sentamos en la plancha y nos tiramos. La idea era no romperse una pierna a las 2 semanas de estar en Brasil. Lo único malo es que no nos habíamos traído gafas de sol y se nos metía la arena en los ojos. Al cabo de media hora, yo tenía tanta arena en los ojos que no los podía abrir.
"Borja, ayudame por fi, que no puedo abrir los ojos, sacame de las dunas"
"Bahh sí estás fingiendo lauris!"
Y ahí me quedé, media hora sentada en la arena, con los ojos cerrados, sin saber dónde estaba y rogandole al tonto de mi compañero que me llevase fuera para poder limpiarme los ojos. Gafas de sol: indispensable en Floripa.
Pero todo tiene un final y al quarto día nos marchamos para volver a nuestra nueva tierra, Porto Alegre, tan blanco como habíamos llegado.
Mi estancia en Brasil empezó con Floripa, y decidí que tenía que acabar con lo mismo. Por eso, en el siguiente post, os contaré mi segundo descubrimiento de Floripa.
martes, 15 de junio de 2010
Los aparatos electricos y electrónicos...
Últimos días antes de la partida, unas vueltas por la FNAC. Un portatil y una cámara de fotos serán mis aliados durante ese largo viaje.
Cómo funcionan esos aparatos en Brasil? La mala suerte me acompañó desde el primer hasta el último momento. En Brasil, el voltaje es de 110 v (y aquí es de 220, si no me equivoco). Al día siguiente de llegar a Brasil, fui a comprar los aparatos necesarios para mi superviviencia. Lo primero de todo: un adaptador. Los enchufes.,obviamente, son diferentes a los nuestros. Los adaptadores permiten "adaptar" el enchufe. Se encuentra muy facilmente y cuesta muy poquito (unos 2 o 3 reales). Siguiente paso: comprar un transformador. Y allí viene la pregunta: ¿por qué quieres un transformador? Realmente, no es necesario usar un transformador porque el voltaje es menor, así que no hay posibilidad de que se caliente demasiado y se rompa el aparato. (Si es al reves, entonces si es necesario un transformador). Al ser el voltaje menor, algunos aparatos no me funcionaban muy bien (la plancha del pelo y el secador por ejemplo) así que decidí comprar uno.
Llegue a casa con las bolsas llenas: adaptador sí, transformador sí, ya lo tengo todo! Prueba número 1: el adaptador funciona perfectamente. Prueba número 2: "hum no me acuerdo muy bien cómo había que enchufarlo". "Hum, son muchos cables". "Hum me he hecho un lío". Enchufo todo y no parece haber ningún problema. Las planchas funcionan (uf qué alivio, era lo que más me preocupaba). Ahora toca hacer la segunda prueba con el secador. Enchufo todos los cables y enciendo el secador. Todo parece normal hasta que al minuto, se oye un "boom"! Empieza a salir humo negro y chispas de mi secador y del transformador. Resultado de la prueba: un transformador roto y un secador echando humo. A partir de allí renuncié a usar cualquier transformador y me conformé con el voltaje brasileño. (Las planchas tenían entonces poca potencia, pero sí chicas, se puede vivir sin planchas, se está más fea de lo normal pero se puede vivir.) Al día siguiente, decidí ir a la tienda, a ver si me daban otro transformador (sin pagarlo por supuesto). Siempre se puede intentar no? Pués se intentó, y no funcionó...
Al mes de estar en Brasil, se me rompió la cámara de fotos. No diré cómo ,ya que eso ha sido una gran polémica jeje. Sólo que fue durante una fiesta con gente que no sabe controlarse frente a una batella de vodka... enfín! Sigue el buen rollo brasileño pero sin cámara de fotos y por eso no tengo fotos de una gran parte de mi viaje. Al final, conseguí mandarla a España para que me la reparasen ya que todavía tenía garantía. Al llegar a España, la aduana europea exigió que pagara 50 euros para dejar pasar el aparato. Qué motivo? Ni idea ya que la cámara había sido comprada en España (por lo tanto no tenía que pagar nada de impuestos). 50 euros de la aduana más los 20 que me costó el envío, casi me podía haber comprado una cámara nueva! Con suerte, recuperé mi cámara para el final del viaje, justo para visitar Iguaçu y Floripa!
Durante el viaje, la mayoría de nosotros tuvo problemas con los portatiles. A algunos de nos otros se nos han muerto (oh! cómo puede ser que no haya sido mi caso?) y otros tuvieron que cambiar cables (ése si fue mi caso...). Un día llegué a mi casa y vi que mi cargador no funcionaba. Eso me sorprendió porque mi portatil era muy nuevo (lo había comprado unos dias antes de irme). Menos mal, una tienda del centro nos salvó la vida. Allí tenían todo tipo de material electrico y electrónico a buen precio. Cuando llegué a España al final de mi viaje, intenté enchufar mi cargador (que supuestamente se había roto en Brasil) y funcionaba, como si nada.
Al contrario de lo que se podría pensar, los aparatos electrónicos no son más baratos en Brasil. Es más, suelen ser mas caros porque son importados. Los únicos sitios dónde realmente vale la pena comprar es en las zonas libres de impuestos cómo Chuy (zona de frontera entre Brasil y Uruguay) y Ciudad del Este (zona de frontera entre Brasil y Paraguay).
El tema de la lavadora también fue motivo de aventuras! En mi casa, no había lavadora. Mi compañera de piso brasileña lo lavaba todo a mano. Según ella, era más practico. Según ella. Al principio, nuestra idea era ir a casa de nuestros compañeros Borja y Luís para lavar ropa porque ellos sí tenían lavadora. Era una máquina vieja que tenía aspecto de lavadora. Después de unas veces, nos dimos cuenta de que esa lavadora no lavaba la ropa; de hecho, nuestra ropa salía más sucia aún. Al final tuvimos que ir a un sitio especializado para lavar la ropa (dicho así parece tonto pero es que no me sale la palabra en español). Pero claro, había que aprovechar y lavar todo de golpe así que cargábamos nuestras maletas con toda nuestra ropa (parecía que nos íbamos de viaje) y a lavar!! Al principio, la dependienta se sorprendió much y hasta se asustó pero al final ya era costumbre y sabía que los martes por la tarde, iban a venir las gabachitas a lavar la ropita :P A mi me daba un poco de miedo la verdad porque el barrio no era muy bueno y me asustaba el que podía creerse que yo era una turista perdida (lo que en realidad era pero bueno) y así robarme la maleta. ¡Qué hubiera hecho sin ropa en Brasil! Felizmente, eso no ocurrió.
Hay un aparato que tal vez buscaréis durante vuestra estancia y probablemente no encontraréis: calefacciones. El gaucho es un hombre duro, solitario y fuerte que no necesita calefacción, por mucho frío que haga! Así que tú, europeo quejica, te callas y aguantas el frío! Nada de calefacciones y calentadores, conformáte con el calor humano, algo inevitable en Brasil ;)
Suerte!
Cómo funcionan esos aparatos en Brasil? La mala suerte me acompañó desde el primer hasta el último momento. En Brasil, el voltaje es de 110 v (y aquí es de 220, si no me equivoco). Al día siguiente de llegar a Brasil, fui a comprar los aparatos necesarios para mi superviviencia. Lo primero de todo: un adaptador. Los enchufes.,obviamente, son diferentes a los nuestros. Los adaptadores permiten "adaptar" el enchufe. Se encuentra muy facilmente y cuesta muy poquito (unos 2 o 3 reales). Siguiente paso: comprar un transformador. Y allí viene la pregunta: ¿por qué quieres un transformador? Realmente, no es necesario usar un transformador porque el voltaje es menor, así que no hay posibilidad de que se caliente demasiado y se rompa el aparato. (Si es al reves, entonces si es necesario un transformador). Al ser el voltaje menor, algunos aparatos no me funcionaban muy bien (la plancha del pelo y el secador por ejemplo) así que decidí comprar uno.
Llegue a casa con las bolsas llenas: adaptador sí, transformador sí, ya lo tengo todo! Prueba número 1: el adaptador funciona perfectamente. Prueba número 2: "hum no me acuerdo muy bien cómo había que enchufarlo". "Hum, son muchos cables". "Hum me he hecho un lío". Enchufo todo y no parece haber ningún problema. Las planchas funcionan (uf qué alivio, era lo que más me preocupaba). Ahora toca hacer la segunda prueba con el secador. Enchufo todos los cables y enciendo el secador. Todo parece normal hasta que al minuto, se oye un "boom"! Empieza a salir humo negro y chispas de mi secador y del transformador. Resultado de la prueba: un transformador roto y un secador echando humo. A partir de allí renuncié a usar cualquier transformador y me conformé con el voltaje brasileño. (Las planchas tenían entonces poca potencia, pero sí chicas, se puede vivir sin planchas, se está más fea de lo normal pero se puede vivir.) Al día siguiente, decidí ir a la tienda, a ver si me daban otro transformador (sin pagarlo por supuesto). Siempre se puede intentar no? Pués se intentó, y no funcionó...
Al mes de estar en Brasil, se me rompió la cámara de fotos. No diré cómo ,ya que eso ha sido una gran polémica jeje. Sólo que fue durante una fiesta con gente que no sabe controlarse frente a una batella de vodka... enfín! Sigue el buen rollo brasileño pero sin cámara de fotos y por eso no tengo fotos de una gran parte de mi viaje. Al final, conseguí mandarla a España para que me la reparasen ya que todavía tenía garantía. Al llegar a España, la aduana europea exigió que pagara 50 euros para dejar pasar el aparato. Qué motivo? Ni idea ya que la cámara había sido comprada en España (por lo tanto no tenía que pagar nada de impuestos). 50 euros de la aduana más los 20 que me costó el envío, casi me podía haber comprado una cámara nueva! Con suerte, recuperé mi cámara para el final del viaje, justo para visitar Iguaçu y Floripa!
Durante el viaje, la mayoría de nosotros tuvo problemas con los portatiles. A algunos de nos otros se nos han muerto (oh! cómo puede ser que no haya sido mi caso?) y otros tuvieron que cambiar cables (ése si fue mi caso...). Un día llegué a mi casa y vi que mi cargador no funcionaba. Eso me sorprendió porque mi portatil era muy nuevo (lo había comprado unos dias antes de irme). Menos mal, una tienda del centro nos salvó la vida. Allí tenían todo tipo de material electrico y electrónico a buen precio. Cuando llegué a España al final de mi viaje, intenté enchufar mi cargador (que supuestamente se había roto en Brasil) y funcionaba, como si nada.
Al contrario de lo que se podría pensar, los aparatos electrónicos no son más baratos en Brasil. Es más, suelen ser mas caros porque son importados. Los únicos sitios dónde realmente vale la pena comprar es en las zonas libres de impuestos cómo Chuy (zona de frontera entre Brasil y Uruguay) y Ciudad del Este (zona de frontera entre Brasil y Paraguay).
El tema de la lavadora también fue motivo de aventuras! En mi casa, no había lavadora. Mi compañera de piso brasileña lo lavaba todo a mano. Según ella, era más practico. Según ella. Al principio, nuestra idea era ir a casa de nuestros compañeros Borja y Luís para lavar ropa porque ellos sí tenían lavadora. Era una máquina vieja que tenía aspecto de lavadora. Después de unas veces, nos dimos cuenta de que esa lavadora no lavaba la ropa; de hecho, nuestra ropa salía más sucia aún. Al final tuvimos que ir a un sitio especializado para lavar la ropa (dicho así parece tonto pero es que no me sale la palabra en español). Pero claro, había que aprovechar y lavar todo de golpe así que cargábamos nuestras maletas con toda nuestra ropa (parecía que nos íbamos de viaje) y a lavar!! Al principio, la dependienta se sorprendió much y hasta se asustó pero al final ya era costumbre y sabía que los martes por la tarde, iban a venir las gabachitas a lavar la ropita :P A mi me daba un poco de miedo la verdad porque el barrio no era muy bueno y me asustaba el que podía creerse que yo era una turista perdida (lo que en realidad era pero bueno) y así robarme la maleta. ¡Qué hubiera hecho sin ropa en Brasil! Felizmente, eso no ocurrió.
Hay un aparato que tal vez buscaréis durante vuestra estancia y probablemente no encontraréis: calefacciones. El gaucho es un hombre duro, solitario y fuerte que no necesita calefacción, por mucho frío que haga! Así que tú, europeo quejica, te callas y aguantas el frío! Nada de calefacciones y calentadores, conformáte con el calor humano, algo inevitable en Brasil ;)
Suerte!
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