Últimos días antes de la partida, unas vueltas por la FNAC. Un portatil y una cámara de fotos serán mis aliados durante ese largo viaje.
Cómo funcionan esos aparatos en Brasil? La mala suerte me acompañó desde el primer hasta el último momento. En Brasil, el voltaje es de 110 v (y aquí es de 220, si no me equivoco). Al día siguiente de llegar a Brasil, fui a comprar los aparatos necesarios para mi superviviencia. Lo primero de todo: un adaptador. Los enchufes.,obviamente, son diferentes a los nuestros. Los adaptadores permiten "adaptar" el enchufe. Se encuentra muy facilmente y cuesta muy poquito (unos 2 o 3 reales). Siguiente paso: comprar un transformador. Y allí viene la pregunta: ¿por qué quieres un transformador? Realmente, no es necesario usar un transformador porque el voltaje es menor, así que no hay posibilidad de que se caliente demasiado y se rompa el aparato. (Si es al reves, entonces si es necesario un transformador). Al ser el voltaje menor, algunos aparatos no me funcionaban muy bien (la plancha del pelo y el secador por ejemplo) así que decidí comprar uno.
Llegue a casa con las bolsas llenas: adaptador sí, transformador sí, ya lo tengo todo! Prueba número 1: el adaptador funciona perfectamente. Prueba número 2: "hum no me acuerdo muy bien cómo había que enchufarlo". "Hum, son muchos cables". "Hum me he hecho un lío". Enchufo todo y no parece haber ningún problema. Las planchas funcionan (uf qué alivio, era lo que más me preocupaba). Ahora toca hacer la segunda prueba con el secador. Enchufo todos los cables y enciendo el secador. Todo parece normal hasta que al minuto, se oye un "boom"! Empieza a salir humo negro y chispas de mi secador y del transformador. Resultado de la prueba: un transformador roto y un secador echando humo. A partir de allí renuncié a usar cualquier transformador y me conformé con el voltaje brasileño. (Las planchas tenían entonces poca potencia, pero sí chicas, se puede vivir sin planchas, se está más fea de lo normal pero se puede vivir.) Al día siguiente, decidí ir a la tienda, a ver si me daban otro transformador (sin pagarlo por supuesto). Siempre se puede intentar no? Pués se intentó, y no funcionó...
Al mes de estar en Brasil, se me rompió la cámara de fotos. No diré cómo ,ya que eso ha sido una gran polémica jeje. Sólo que fue durante una fiesta con gente que no sabe controlarse frente a una batella de vodka... enfín! Sigue el buen rollo brasileño pero sin cámara de fotos y por eso no tengo fotos de una gran parte de mi viaje. Al final, conseguí mandarla a España para que me la reparasen ya que todavía tenía garantía. Al llegar a España, la aduana europea exigió que pagara 50 euros para dejar pasar el aparato. Qué motivo? Ni idea ya que la cámara había sido comprada en España (por lo tanto no tenía que pagar nada de impuestos). 50 euros de la aduana más los 20 que me costó el envío, casi me podía haber comprado una cámara nueva! Con suerte, recuperé mi cámara para el final del viaje, justo para visitar Iguaçu y Floripa!
Durante el viaje, la mayoría de nosotros tuvo problemas con los portatiles. A algunos de nos otros se nos han muerto (oh! cómo puede ser que no haya sido mi caso?) y otros tuvieron que cambiar cables (ése si fue mi caso...). Un día llegué a mi casa y vi que mi cargador no funcionaba. Eso me sorprendió porque mi portatil era muy nuevo (lo había comprado unos dias antes de irme). Menos mal, una tienda del centro nos salvó la vida. Allí tenían todo tipo de material electrico y electrónico a buen precio. Cuando llegué a España al final de mi viaje, intenté enchufar mi cargador (que supuestamente se había roto en Brasil) y funcionaba, como si nada.
Al contrario de lo que se podría pensar, los aparatos electrónicos no son más baratos en Brasil. Es más, suelen ser mas caros porque son importados. Los únicos sitios dónde realmente vale la pena comprar es en las zonas libres de impuestos cómo Chuy (zona de frontera entre Brasil y Uruguay) y Ciudad del Este (zona de frontera entre Brasil y Paraguay).
El tema de la lavadora también fue motivo de aventuras! En mi casa, no había lavadora. Mi compañera de piso brasileña lo lavaba todo a mano. Según ella, era más practico. Según ella. Al principio, nuestra idea era ir a casa de nuestros compañeros Borja y Luís para lavar ropa porque ellos sí tenían lavadora. Era una máquina vieja que tenía aspecto de lavadora. Después de unas veces, nos dimos cuenta de que esa lavadora no lavaba la ropa; de hecho, nuestra ropa salía más sucia aún. Al final tuvimos que ir a un sitio especializado para lavar la ropa (dicho así parece tonto pero es que no me sale la palabra en español). Pero claro, había que aprovechar y lavar todo de golpe así que cargábamos nuestras maletas con toda nuestra ropa (parecía que nos íbamos de viaje) y a lavar!! Al principio, la dependienta se sorprendió much y hasta se asustó pero al final ya era costumbre y sabía que los martes por la tarde, iban a venir las gabachitas a lavar la ropita :P A mi me daba un poco de miedo la verdad porque el barrio no era muy bueno y me asustaba el que podía creerse que yo era una turista perdida (lo que en realidad era pero bueno) y así robarme la maleta. ¡Qué hubiera hecho sin ropa en Brasil! Felizmente, eso no ocurrió.
Hay un aparato que tal vez buscaréis durante vuestra estancia y probablemente no encontraréis: calefacciones. El gaucho es un hombre duro, solitario y fuerte que no necesita calefacción, por mucho frío que haga! Así que tú, europeo quejica, te callas y aguantas el frío! Nada de calefacciones y calentadores, conformáte con el calor humano, algo inevitable en Brasil ;)
Suerte!
Cómo funcionan esos aparatos en Brasil? La mala suerte me acompañó desde el primer hasta el último momento. En Brasil, el voltaje es de 110 v (y aquí es de 220, si no me equivoco). Al día siguiente de llegar a Brasil, fui a comprar los aparatos necesarios para mi superviviencia. Lo primero de todo: un adaptador. Los enchufes.,obviamente, son diferentes a los nuestros. Los adaptadores permiten "adaptar" el enchufe. Se encuentra muy facilmente y cuesta muy poquito (unos 2 o 3 reales). Siguiente paso: comprar un transformador. Y allí viene la pregunta: ¿por qué quieres un transformador? Realmente, no es necesario usar un transformador porque el voltaje es menor, así que no hay posibilidad de que se caliente demasiado y se rompa el aparato. (Si es al reves, entonces si es necesario un transformador). Al ser el voltaje menor, algunos aparatos no me funcionaban muy bien (la plancha del pelo y el secador por ejemplo) así que decidí comprar uno.
Llegue a casa con las bolsas llenas: adaptador sí, transformador sí, ya lo tengo todo! Prueba número 1: el adaptador funciona perfectamente. Prueba número 2: "hum no me acuerdo muy bien cómo había que enchufarlo". "Hum, son muchos cables". "Hum me he hecho un lío". Enchufo todo y no parece haber ningún problema. Las planchas funcionan (uf qué alivio, era lo que más me preocupaba). Ahora toca hacer la segunda prueba con el secador. Enchufo todos los cables y enciendo el secador. Todo parece normal hasta que al minuto, se oye un "boom"! Empieza a salir humo negro y chispas de mi secador y del transformador. Resultado de la prueba: un transformador roto y un secador echando humo. A partir de allí renuncié a usar cualquier transformador y me conformé con el voltaje brasileño. (Las planchas tenían entonces poca potencia, pero sí chicas, se puede vivir sin planchas, se está más fea de lo normal pero se puede vivir.) Al día siguiente, decidí ir a la tienda, a ver si me daban otro transformador (sin pagarlo por supuesto). Siempre se puede intentar no? Pués se intentó, y no funcionó...
Al mes de estar en Brasil, se me rompió la cámara de fotos. No diré cómo ,ya que eso ha sido una gran polémica jeje. Sólo que fue durante una fiesta con gente que no sabe controlarse frente a una batella de vodka... enfín! Sigue el buen rollo brasileño pero sin cámara de fotos y por eso no tengo fotos de una gran parte de mi viaje. Al final, conseguí mandarla a España para que me la reparasen ya que todavía tenía garantía. Al llegar a España, la aduana europea exigió que pagara 50 euros para dejar pasar el aparato. Qué motivo? Ni idea ya que la cámara había sido comprada en España (por lo tanto no tenía que pagar nada de impuestos). 50 euros de la aduana más los 20 que me costó el envío, casi me podía haber comprado una cámara nueva! Con suerte, recuperé mi cámara para el final del viaje, justo para visitar Iguaçu y Floripa!
Durante el viaje, la mayoría de nosotros tuvo problemas con los portatiles. A algunos de nos otros se nos han muerto (oh! cómo puede ser que no haya sido mi caso?) y otros tuvieron que cambiar cables (ése si fue mi caso...). Un día llegué a mi casa y vi que mi cargador no funcionaba. Eso me sorprendió porque mi portatil era muy nuevo (lo había comprado unos dias antes de irme). Menos mal, una tienda del centro nos salvó la vida. Allí tenían todo tipo de material electrico y electrónico a buen precio. Cuando llegué a España al final de mi viaje, intenté enchufar mi cargador (que supuestamente se había roto en Brasil) y funcionaba, como si nada.
Al contrario de lo que se podría pensar, los aparatos electrónicos no son más baratos en Brasil. Es más, suelen ser mas caros porque son importados. Los únicos sitios dónde realmente vale la pena comprar es en las zonas libres de impuestos cómo Chuy (zona de frontera entre Brasil y Uruguay) y Ciudad del Este (zona de frontera entre Brasil y Paraguay).
El tema de la lavadora también fue motivo de aventuras! En mi casa, no había lavadora. Mi compañera de piso brasileña lo lavaba todo a mano. Según ella, era más practico. Según ella. Al principio, nuestra idea era ir a casa de nuestros compañeros Borja y Luís para lavar ropa porque ellos sí tenían lavadora. Era una máquina vieja que tenía aspecto de lavadora. Después de unas veces, nos dimos cuenta de que esa lavadora no lavaba la ropa; de hecho, nuestra ropa salía más sucia aún. Al final tuvimos que ir a un sitio especializado para lavar la ropa (dicho así parece tonto pero es que no me sale la palabra en español). Pero claro, había que aprovechar y lavar todo de golpe así que cargábamos nuestras maletas con toda nuestra ropa (parecía que nos íbamos de viaje) y a lavar!! Al principio, la dependienta se sorprendió much y hasta se asustó pero al final ya era costumbre y sabía que los martes por la tarde, iban a venir las gabachitas a lavar la ropita :P A mi me daba un poco de miedo la verdad porque el barrio no era muy bueno y me asustaba el que podía creerse que yo era una turista perdida (lo que en realidad era pero bueno) y así robarme la maleta. ¡Qué hubiera hecho sin ropa en Brasil! Felizmente, eso no ocurrió.
Hay un aparato que tal vez buscaréis durante vuestra estancia y probablemente no encontraréis: calefacciones. El gaucho es un hombre duro, solitario y fuerte que no necesita calefacción, por mucho frío que haga! Así que tú, europeo quejica, te callas y aguantas el frío! Nada de calefacciones y calentadores, conformáte con el calor humano, algo inevitable en Brasil ;)
Suerte!
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