miércoles, 23 de junio de 2010

Floripa: segunda parte





Floripa, segunda vez.
En nuestras últimas semanas en Brasil, decidimos viajar a Iguaçú y después a Floripa. El viaje entre Iguaçú y Floripa fue en autobus y de noche (cómo no). Me acuerdo muy poco del viaje la verdad, tal vez porque fue el más tranquilo de todos (no nos pasó nada raro) y yo me dormí durante todo el trayecto (los días en Iguaçú fueron agotadores). Viajamos 5: Luis, Borja, Antonio, Javi y yo. Al llegar a Floripa, cogimos un taxi para llegar hasta el apartamento que habíamos alquilado. En verano los precios de Floripa suben excesivamente. Antonio, Javi, Ana y yo habíamos decidido alquilar un pequeño apartamento para 4 personas durante los 10 próximos días. Sin embargo, pretendíamos estar más gente en el apartamento. Al llegar allí, recuperamos las llaves del apartamento y fuimos juntándonos con todos nuestros compañeros españoles. Descubrimos la playa que estaba a escasos metros de nuestro apartamento: a praia Jurêrê Tradicional. Agua muy tranquila (sin ninguna ola y temperatura muy alta), lo mejor!

Los días en Floripa fueron una locura total. Pasamos la nochebuena allí, todos reunidos alrededor de una cena buenísima: Embutido español, pollo al chocolate y crêpes (a quién se lo tenéis que agradecer? jum jum). Cena acompañada con mucho alcohol (váis a acabar pensando que no hicimos más que emborracharnos, lo que es en parte verdad, pero eso no fue todo). 11 españoles y una francesa si recuerdo bien. Después de la cena, decidimos salir a la playa, pensando que iba a haber fiesta, pero no hubo nada de nada. De hecho, éramos los únicos en la playa. Los españoles se sorprendieron mucho, yo no tanto en realidad porque en Francia tampoco se sale el día de Nochebuena. Enfín, cómo buenos españoles, nosotros acabamos la noche en el agua del mar y sin saber muy bien cómo, conseguimos dormir los 12 en el piso.

Bueno, no fue todo fiesta, también aprovechamos para visitar cada día una playa diferente: Barra da Lagoa, Praia do Moçambique, Jurêrê.. Yo, un poco más sobria que los demás, me levantaba pronto para bajar a la playa.
También pasamos una tarde en una isla: a ilha do francês. Allí podíamos bucear., o algo parecido a bucear. Nuevas experiencias, nuevas sensaciones y nueva piel morena ;)

Poco a poco, nuestros compañeros se fueron. Despedidas con las promesas de volver a vernos. Para el año nuevo, nos quedamos 5. Otra cenita llena de tradiciones españolas junto a nuevas costumbres brasileñas. Obviamente, nos tomamos las 12 uvas a la vez que los españoles :p Y algunas horas más tarde, vestidos de blanco y con una botella en mano, bajamos a la playa dónde todos los brasileños se juntaron para ver los fuegos artificiales. A las 12, saltamos 7 olas (no sé porque, pero nos dijeron que lo hiciéramos jeje) y arrojamos al mar una botella con el nombre de una persona escrito en el interior. Las horas siguientes las pasamos en la playa, de fiesta ;)

1/01/2010: último día en Brasil, última oportunidad de comprar todos los regalos. Ana y yo dedicamos el día a las compras y al regateo. Mucho mucho mucho hablar y grandes descuentos.

02/01/2010: todavía sin haberme recuperado de estos últimos 10 días, recogí todas mis pertenencias (o eso creí, pero me dejé allí unas cuantas cosas :s). Fui hacía el aeropuerto, cargada como nunca y me despedí del país que me había acogido durante 6 meses ;) florianopolis-Buenos Aires-Madrid.

Hasta pronto Brasil!





domingo, 20 de junio de 2010

Floripa, primera parte





En los próximos post voy a intentar contaros nuestros viajes, o más bien aventuras. Florianópolis fue el primer destino. A las dos semanas de llegar, recibimos un email de la universidad informándonos de que el principio de las clases iba a atrasarse por culpa de la gripe A. Entonces, Borja, Caro (a los que había conocido dos días antes) y yo decidimos irnos de vacaciones unos días a Florianópolis. Floripa es una isla al norte de Porto Alegre (a unos 600 km) situada en el estado de Santa Catarina. A mí me habían hablado muy bien de este sitio, afirmándome que allí se encontraban las playas más hermosas de Brasil; un verdadero paraíso.

Lo primero fue encontrar la estación de autobus, que no fue nada fácil. No teníamos ningún mapa asi que yo iba preguntando a la gente. Cómo era el principio, todavía no teníamos mucha idea de portugués y la verdad es que la gente intentaba explicarnos pero nosotros no entendíamos nada. Después de largas conversaciones, gestos y mimos, y después de andar muchísimo (y encontrarnos con varios puticlubs) ya por fín llegamos a la estación. Compramos allí los billetes, bastante baratos por cierto. Unos 60 reales la ida (lo que corresponde a 25 euros). Por la noche, nos pusimos en marcha sobre las 12 de la noche.

Al entrar en los autobuses, nos quedamos con una cara de sorpresa, buena sorpresa! Y es que los autobuses estaban geniales, nuevo y muy confortables. Nada que ver con los autobuses aquí. Una noche bastante corta, llena de risas y malentendidos (eso va por ti Borja...:p).
En el autobus (siempre tenemos una historia graciosa que contar sobre los autobuses), conocimos a un chico llamado Dimitri. La verdad es que era un chico majo pero muy charlatán.

Al llegar a la estación de Florianópolis, se arrimarón varios hombres preguntándonos que si necesitábamos ayuda.
"Nao, obrigado..." contestamos todo aconjonados.
"Ah, Sao argentinos?" (No sé cuantas veces nos habrán preguntado eso durante esos 6 meses).
Al final, empezamos una conversación con un argentino (si recuerdo bien). Se ofrecía para hacer de taxista y llevarnos a una pousada barata, en una de las playas más bonitas de Florianópolis. Aceptamos, no sin cierto miedo. Los tres nos miramos, los tres estabámos asustados pero ninguno dijo nada. Nos subimos, rezando que no nos pasará nada.
Nuestro taxista resultó ser un buen hombre y nos llevó a ver la isla desde los puntos más altos, para tener las mejores vistas y eso a un precio muy bajo. El no paraba de decir:
"Es que con los ojos preciosos de esta chica, no puedo decir que no."
Y Borja de decirme en voz baja "Lauris, ya sabes, ojitos!!!"

Y yo cómo no, haciendo ojitos para que nos bajará el precio. (Eso tal vez es la cosa más importante que aprendí en Brasil, hacer ojito sirve de mucho! Sobre todo a la hora de regatear...)

Al final nos llevó a una pousada en la playa de Barra da Lagoa. Allí, nos alquilaron un pequeño apartamento. Como era invierno, los precios estaban muy bajos pero en verano, alojarse en Florianópolis es una pasada. Ya os contaré en mi segundo viaje a Floripa.

Dejamos las cosas y bajamos corriendo a la playa. Tierra prometida, ya por fín esto era Brasil! Hacía mucho viento y el agua estaba helada así que de baños nada. Fueron tres dias geniales: paseos por las playas, primeras caipirinhas y todo eso en hawaianas! (waouh, esto sí que es brasileño).

El segundo día, fuimos a lo que llaman "las dunas". Es un sitio en la isla de Floripa (en realidad, creo que hay varios) dónde hay dunas de arena. Allí puedes hacer Sandboard. Por supuesto, decidimos probar y la verdad es que fue una sensación genial Bueno tambiénhay que decir que nosotras no hicimos sandboard de verdad, nos sentamos en la plancha y nos tiramos. La idea era no romperse una pierna a las 2 semanas de estar en Brasil. Lo único malo es que no nos habíamos traído gafas de sol y se nos metía la arena en los ojos. Al cabo de media hora, yo tenía tanta arena en los ojos que no los podía abrir.

"Borja, ayudame por fi, que no puedo abrir los ojos, sacame de las dunas"
"Bahh sí estás fingiendo lauris!"

Y ahí me quedé, media hora sentada en la arena, con los ojos cerrados, sin saber dónde estaba y rogandole al tonto de mi compañero que me llevase fuera para poder limpiarme los ojos. Gafas de sol: indispensable en Floripa.

Pero todo tiene un final y al quarto día nos marchamos para volver a nuestra nueva tierra, Porto Alegre, tan blanco como habíamos llegado.
Mi estancia en Brasil empezó con Floripa, y decidí que tenía que acabar con lo mismo. Por eso, en el siguiente post, os contaré mi segundo descubrimiento de Floripa.



martes, 15 de junio de 2010

Los aparatos electricos y electrónicos...

Últimos días antes de la partida, unas vueltas por la FNAC. Un portatil y una cámara de fotos serán mis aliados durante ese largo viaje.

Cómo funcionan esos aparatos en Brasil? La mala suerte me acompañó desde el primer hasta el último momento. En Brasil, el voltaje es de 110 v (y aquí es de 220, si no me equivoco). Al día siguiente de llegar a Brasil, fui a comprar los aparatos necesarios para mi superviviencia. Lo primero de todo: un adaptador. Los enchufes.,obviamente, son diferentes a los nuestros. Los adaptadores permiten "adaptar" el enchufe. Se encuentra muy facilmente y cuesta muy poquito (unos 2 o 3 reales). Siguiente paso: comprar un transformador. Y allí viene la pregunta: ¿por qué quieres un transformador? Realmente, no es necesario usar un transformador porque el voltaje es menor, así que no hay posibilidad de que se caliente demasiado y se rompa el aparato. (Si es al reves, entonces si es necesario un transformador). Al ser el voltaje menor, algunos aparatos no me funcionaban muy bien (la plancha del pelo y el secador por ejemplo) así que decidí comprar uno.

Llegue a casa con las bolsas llenas: adaptador sí, transformador sí, ya lo tengo todo! Prueba número 1: el adaptador funciona perfectamente. Prueba número 2: "hum no me acuerdo muy bien cómo había que enchufarlo". "Hum, son muchos cables". "Hum me he hecho un lío". Enchufo todo y no parece haber ningún problema. Las planchas funcionan (uf qué alivio, era lo que más me preocupaba). Ahora toca hacer la segunda prueba con el secador. Enchufo todos los cables y enciendo el secador. Todo parece normal hasta que al minuto, se oye un "boom"! Empieza a salir humo negro y chispas de mi secador y del transformador. Resultado de la prueba: un transformador roto y un secador echando humo. A partir de allí renuncié a usar cualquier transformador y me conformé con el voltaje brasileño. (Las planchas tenían entonces poca potencia, pero sí chicas, se puede vivir sin planchas, se está más fea de lo normal pero se puede vivir.) Al día siguiente, decidí ir a la tienda, a ver si me daban otro transformador (sin pagarlo por supuesto). Siempre se puede intentar no? Pués se intentó, y no funcionó...

Al mes de estar en Brasil, se me rompió la cámara de fotos. No diré cómo ,ya que eso ha sido una gran polémica jeje. Sólo que fue durante una fiesta con gente que no sabe controlarse frente a una batella de vodka... enfín! Sigue el buen rollo brasileño pero sin cámara de fotos y por eso no tengo fotos de una gran parte de mi viaje. Al final, conseguí mandarla a España para que me la reparasen ya que todavía tenía garantía. Al llegar a España, la aduana europea exigió que pagara 50 euros para dejar pasar el aparato. Qué motivo? Ni idea ya que la cámara había sido comprada en España (por lo tanto no tenía que pagar nada de impuestos). 50 euros de la aduana más los 20 que me costó el envío, casi me podía haber comprado una cámara nueva! Con suerte, recuperé mi cámara para el final del viaje, justo para visitar Iguaçu y Floripa!

Durante el viaje, la mayoría de nosotros tuvo problemas con los portatiles. A algunos de nos otros se nos han muerto (oh! cómo puede ser que no haya sido mi caso?) y otros tuvieron que cambiar cables (ése si fue mi caso...). Un día llegué a mi casa y vi que mi cargador no funcionaba. Eso me sorprendió porque mi portatil era muy nuevo (lo había comprado unos dias antes de irme). Menos mal, una tienda del centro nos salvó la vida. Allí tenían todo tipo de material electrico y electrónico a buen precio. Cuando llegué a España al final de mi viaje, intenté enchufar mi cargador (que supuestamente se había roto en Brasil) y funcionaba, como si nada.

Al contrario de lo que se podría pensar, los aparatos electrónicos no son más baratos en Brasil. Es más, suelen ser mas caros porque son importados. Los únicos sitios dónde realmente vale la pena comprar es en las zonas libres de impuestos cómo Chuy (zona de frontera entre Brasil y Uruguay) y Ciudad del Este (zona de frontera entre Brasil y Paraguay).

El tema de la lavadora también fue motivo de aventuras! En mi casa, no había lavadora. Mi compañera de piso brasileña lo lavaba todo a mano. Según ella, era más practico. Según ella. Al principio, nuestra idea era ir a casa de nuestros compañeros Borja y Luís para lavar ropa porque ellos sí tenían lavadora. Era una máquina vieja que tenía aspecto de lavadora. Después de unas veces, nos dimos cuenta de que esa lavadora no lavaba la ropa; de hecho, nuestra ropa salía más sucia aún. Al final tuvimos que ir a un sitio especializado para lavar la ropa (dicho así parece tonto pero es que no me sale la palabra en español). Pero claro, había que aprovechar y lavar todo de golpe así que cargábamos nuestras maletas con toda nuestra ropa (parecía que nos íbamos de viaje) y a lavar!! Al principio, la dependienta se sorprendió much y hasta se asustó pero al final ya era costumbre y sabía que los martes por la tarde, iban a venir las gabachitas a lavar la ropita :P A mi me daba un poco de miedo la verdad porque el barrio no era muy bueno y me asustaba el que podía creerse que yo era una turista perdida (lo que en realidad era pero bueno) y así robarme la maleta. ¡Qué hubiera hecho sin ropa en Brasil! Felizmente, eso no ocurrió.

Hay un aparato que tal vez buscaréis durante vuestra estancia y probablemente no encontraréis: calefacciones. El gaucho es un hombre duro, solitario y fuerte que no necesita calefacción, por mucho frío que haga! Así que tú, europeo quejica, te callas y aguantas el frío! Nada de calefacciones y calentadores, conformáte con el calor humano, algo inevitable en Brasil ;)

Suerte!





jueves, 10 de junio de 2010

El mito de la brasileña

"Has estado en Brasil? en serio?"
"Sí!"
"¿Y qué? ¿Cómo están las brasileñas?"

No podemos negar que hay una cierta imagen preconcebida de las brasileñas (y de los brasileños también!). Pués voy a intentar dar mi opnión, aunque no estén de acuerdo conmigo la mayoría de los chicos :P Seguramente cuando lean mi entrada, me van a echar una bronca muy grande, pero tomaré el riesgo.

Empecemos por los chicos, que hay menos cosas para hablar. Esos brasileños morenitos, fuertes, y guapos no existen. No son brasileños, o en todo caso, no han nacido en Rio Grande do Sul! Asi que chica, deja de soñar, tus amigas no acabarán envidiándote por estar con un brasileño.

Si habláis con la mayoría de mis compañeros de viaje, os dirán "Porto Alegre es un paraíso, las mujeres más guapas de todo Brasil! Es una pasada!". Reconozco que he visto a mujeres muy muy guapas durante mi viaje a Brasil, pero igual las ví en España y en Francía. Porto Alegre tiene fama de tener a las chicas más guapas de Brasil. De hecho, muchas modelos brasileñas vienen de Porto Alegre.
A pesar de todo, hay que reconocer que muchas tienen buen tipo. Parece que una brasileña nace con buen culo y mucha teta! Podrás comprobar lo primero en todas las playas brasileñas. ¿Por qué esconder cuando se puede enseñar? Al comprar bikinis, desgraciadamente comprobé que todas las bragas son reducidas, muy reducidas...

Lo curioso es que al contrario de las mujeres europeas, en Brasil no se hace topless. De hecho, está prohibido y en toda mi estancia, nunca ví una teta en una playa. No entiendo muy bien el porqué pero así es. La brasileña morena, sexy y traviesa sí existe (a ver si os váis a pensar que me van a mí, yo solo narro lo que me dijeron...).

"Laura, ponte ahi que te saco una foto!"
"Venga, vale"
"Bueno no te muevas, en realidad le estoy haciendo la foto a la brasileña que está detras de tí".

En Brasil, es muy fácil ligar, sobre todo para los chicos europeos. Esta vez estoy segura de que mis compañeros me darán la razón. Para algunos, una noche de fiesta siempre rima con una noche con compañia! Y algunas veces sí me he quedado sola en la discoteca porque todos mis amigos se habían encontrado unas amiguitas...
Largas conversaciones, discusiones y peleas sobre el siguiente tema: ¿Són más cariñosas las brasileñas que las europeas? Al final, no llegamos a ninguna conclusión así que os tocará a vosotros comprobarlo.

Cuando viajamos a Floripa, nos alojamos en la playa más selecta de la isla: Jurêrê. La gente más rica y famosa vivía allí. Muchas chicas guapas pero también mucha silicona. Al final de la tarde, ellos se reunían en un lugar en la playa llamado "MTV" y allí es dónde pasaron los chicos la mayor parte del tiempo. Salir por esta zona nos resultaba muy caro ya que los precios estaban muy alto debido a la calidad de vida de la mayoría de la gente. Nosotros, estudiantes con pocos recursos, conseguimos meternos 12 en un piso de 4 personas. (No me preguntéis cómo, aún no lo sabemos. Desde luego, hubo mucha fiesta de por medio). Cómo conseguíamos salir? Os voy a desvelar la táctica de los chicos: conseguir ligar con las chicas más adineradas. Eso te abría las puertas de muchas discotecas y muchas fiestas privadas. Yo no puedo contar mucho esta parte ya que me acostaba muy temprano... Nada de fiestas privadas para mí... no iba a ligar con un brasileño feo sólo para tener un poco más de fiesta!

Enfín, la brasileña sigue con su fama, y gente de todo el mundo viene pasar sus vacaciones en las playas brasileñas, y no nos engañemos, no sólo es por la belleza de los paisajes!
Habrá que comprobarlo!



sábado, 5 de junio de 2010

Los bichos!






En Brasil encontramos los mismos bichos que hay también por aquí. La diferencia es que los bichos de Brasil son el doble de grandes.
Empezemos por los murciélagos. Los murciélagos son mas o menos del mismo tamaño que los murciélagos de aquí. A la semana de entrar a vivir en mi piso, conocí a unos vecinos ruidosos, que vivían justo encima de mi techo. En el momento de irme a dormir, empezó a sonar una cosa muy rara en toda la habitación. Mi compañera y yo empezamos a buscar por todas partes el qué podía ser. Miramos en cada rincón de la habitación, ningún rastro de nada. Apagamos la luz y a los 5 minutos, otros ruidos. Yo, convencida de que era un ratón, no encontré el sueño en toda la noche, la primera de una larga serie de noches de insomnio. Siguieron los ruidos hasta muy temprano por la mañana. Acabé durmiendo en el sofá del salón. Al día siguiente, pregunté a mi otra compañera de piso brasileña:
-Oye, no escuchaste anoche unos ruidos muy raros? Parecía algun bicho, un ratón tal vez...
-Un ratón? jejeje No, no es un ratón!! jeje (no le veía yo la gracia pero bueno...)
-Y qué es entonces?
-Son murciélagos, viven encima del techo! No te preocupes, no hacen daño!

Ya sabía que los murciélagos no me iban a atacar (eso sólo ocurre en las pelis) pero (coño!), ¡qué son murciélagos!! Ni cuento las noches en que no me pude dormir por el jaleo de los animalitos (y es que claro, salen de noche y duermen de día). En verano, ni siquiera se podía abrir las ventanas porque sino los murciélagos entraban... Bueno, una vez más, mala suerte! Mentiría si dijera que nunca he pensando en algún plan diabólico para espantarlos, pero no soy tan mala.

Ahora, unos bichos un poco (pero no de mucho) más pequeños:las cucarachas. En Brasil hay muchas (ya me diréis, aquí tambien) pero es que las cucarachas de Brasil son cucarachones. Un día, en mi piso, nos encontramos a una cucaracha enorme, gigante, monstruosa en el water del baño. Ibamos un poco bêbadas (como dicen los brasileños) jeje y os aseguro de que la borrachera se me quitó en dos segundos. Era tan grande que tuvimos que tirar la cadena unas 4 veces antes de que se fuera, arrastrada por el agua. Beurk, aún me da cosa! A partir de aquel día, siempre me lo he pensado dos veces antes de ir a mear! Lo peor de las cucarachas, es que si hay una hay también toda la familia cucaracha.

Las cucarachas y los ratones van paseando por la ciudad de noche. Más de una vez nos pasó una cucaracha entre las piernas. Y más de una vez me hicieron creer que había un ratón pasando a mi lad0 (gracias compañeros!) Vale, me dan mucha impresión los bichitos.

Coger el autobus poco a poco se convirtió en un reto para mí. Cada mañana, me subía al autobus y me sentaba en algun sitio. Pués siempre acababa apareciendo alguna cucarachas, algún saltamontes y muchos bichos voladores no identificados ^^.

Iguaçu fue un lugar de descubrimientos para todos nosotros. Lo primero que sorprende cuando llegas a las cataratas son las mariposas ("borboletas" en brasileño). Son mariposas muy muy grandes. La verdad es que no se a que se debe pero además de ser grandes, les encanta ponerse encima tuya. Por mucho que intentes quitartela, no se irá. A la gente les hacía gracia, a mí no tanto.

Lo que es curioso también, es la pancarta que está colgada en la entrada de las cataratas de Iguaçu "Cuidado, alli viven animales peligrosos". Gracias por la información! Felizmente, seguimos el camino indicado y no nos encontramos a ninguno. Pero lo que sí encontramos en Iguaçu y en Floripa, fue unos lagartos muy grandes (lagartos? yo los llamaba mini cocodrilos). En Floripa, vimos a uno abajo del edificio dónde vivíamos. Debía de estar su casita por ahí porque le vimos unas cuantas veces. Menos mal, no hacen daño y se asustan más de nosotros que nosotros de ellos. De todas maneras, siempre sorprende ver a un animal de este tamaño al lado tuyo, en total libertad.

La verdad es que era muy fácil impresionarnos. En la pousada de Iguaçu, vimos a un sapo muy muy grande (ya sé, repito mucho). Nadie parecía sorprendido, pero nosotros éramos como niños chicos. -"Venga, sacame una foto con el sapo!!" "A mí otra!"
Después de hablar con la gente de la pousada, los camareros se rieron de nosotros porque según ellos, el sapo era muy pequeño. Para pasar a la cocina de la pousada, había que cruzar un jardín sin luces y no se oía más que los ruidos de decenas de sapo. Crucé los dedos y fui corriendo, deseando con todas mis fuerzas no pisar a ninguno de estos animalitos. Prueba superada, conseguí atrevesar el campo de minas.

Iguaçu fue lo peor en cuanto a los bichos. Un sapo, bueno, pero es que los baños y las duchas estaban llenos de bichos de todos los tamaños y colores. Una día, mientras me duchaba, me encontré frente a una mantis religiosa de 15 cm. Mantis 1. Laura.0 (Tendré yo algún problema con lo baños y los bichos?)

Y para que conste, os dejo las fotos que he podido tomar.