sábado, 5 de junio de 2010

Los bichos!






En Brasil encontramos los mismos bichos que hay también por aquí. La diferencia es que los bichos de Brasil son el doble de grandes.
Empezemos por los murciélagos. Los murciélagos son mas o menos del mismo tamaño que los murciélagos de aquí. A la semana de entrar a vivir en mi piso, conocí a unos vecinos ruidosos, que vivían justo encima de mi techo. En el momento de irme a dormir, empezó a sonar una cosa muy rara en toda la habitación. Mi compañera y yo empezamos a buscar por todas partes el qué podía ser. Miramos en cada rincón de la habitación, ningún rastro de nada. Apagamos la luz y a los 5 minutos, otros ruidos. Yo, convencida de que era un ratón, no encontré el sueño en toda la noche, la primera de una larga serie de noches de insomnio. Siguieron los ruidos hasta muy temprano por la mañana. Acabé durmiendo en el sofá del salón. Al día siguiente, pregunté a mi otra compañera de piso brasileña:
-Oye, no escuchaste anoche unos ruidos muy raros? Parecía algun bicho, un ratón tal vez...
-Un ratón? jejeje No, no es un ratón!! jeje (no le veía yo la gracia pero bueno...)
-Y qué es entonces?
-Son murciélagos, viven encima del techo! No te preocupes, no hacen daño!

Ya sabía que los murciélagos no me iban a atacar (eso sólo ocurre en las pelis) pero (coño!), ¡qué son murciélagos!! Ni cuento las noches en que no me pude dormir por el jaleo de los animalitos (y es que claro, salen de noche y duermen de día). En verano, ni siquiera se podía abrir las ventanas porque sino los murciélagos entraban... Bueno, una vez más, mala suerte! Mentiría si dijera que nunca he pensando en algún plan diabólico para espantarlos, pero no soy tan mala.

Ahora, unos bichos un poco (pero no de mucho) más pequeños:las cucarachas. En Brasil hay muchas (ya me diréis, aquí tambien) pero es que las cucarachas de Brasil son cucarachones. Un día, en mi piso, nos encontramos a una cucaracha enorme, gigante, monstruosa en el water del baño. Ibamos un poco bêbadas (como dicen los brasileños) jeje y os aseguro de que la borrachera se me quitó en dos segundos. Era tan grande que tuvimos que tirar la cadena unas 4 veces antes de que se fuera, arrastrada por el agua. Beurk, aún me da cosa! A partir de aquel día, siempre me lo he pensado dos veces antes de ir a mear! Lo peor de las cucarachas, es que si hay una hay también toda la familia cucaracha.

Las cucarachas y los ratones van paseando por la ciudad de noche. Más de una vez nos pasó una cucaracha entre las piernas. Y más de una vez me hicieron creer que había un ratón pasando a mi lad0 (gracias compañeros!) Vale, me dan mucha impresión los bichitos.

Coger el autobus poco a poco se convirtió en un reto para mí. Cada mañana, me subía al autobus y me sentaba en algun sitio. Pués siempre acababa apareciendo alguna cucarachas, algún saltamontes y muchos bichos voladores no identificados ^^.

Iguaçu fue un lugar de descubrimientos para todos nosotros. Lo primero que sorprende cuando llegas a las cataratas son las mariposas ("borboletas" en brasileño). Son mariposas muy muy grandes. La verdad es que no se a que se debe pero además de ser grandes, les encanta ponerse encima tuya. Por mucho que intentes quitartela, no se irá. A la gente les hacía gracia, a mí no tanto.

Lo que es curioso también, es la pancarta que está colgada en la entrada de las cataratas de Iguaçu "Cuidado, alli viven animales peligrosos". Gracias por la información! Felizmente, seguimos el camino indicado y no nos encontramos a ninguno. Pero lo que sí encontramos en Iguaçu y en Floripa, fue unos lagartos muy grandes (lagartos? yo los llamaba mini cocodrilos). En Floripa, vimos a uno abajo del edificio dónde vivíamos. Debía de estar su casita por ahí porque le vimos unas cuantas veces. Menos mal, no hacen daño y se asustan más de nosotros que nosotros de ellos. De todas maneras, siempre sorprende ver a un animal de este tamaño al lado tuyo, en total libertad.

La verdad es que era muy fácil impresionarnos. En la pousada de Iguaçu, vimos a un sapo muy muy grande (ya sé, repito mucho). Nadie parecía sorprendido, pero nosotros éramos como niños chicos. -"Venga, sacame una foto con el sapo!!" "A mí otra!"
Después de hablar con la gente de la pousada, los camareros se rieron de nosotros porque según ellos, el sapo era muy pequeño. Para pasar a la cocina de la pousada, había que cruzar un jardín sin luces y no se oía más que los ruidos de decenas de sapo. Crucé los dedos y fui corriendo, deseando con todas mis fuerzas no pisar a ninguno de estos animalitos. Prueba superada, conseguí atrevesar el campo de minas.

Iguaçu fue lo peor en cuanto a los bichos. Un sapo, bueno, pero es que los baños y las duchas estaban llenos de bichos de todos los tamaños y colores. Una día, mientras me duchaba, me encontré frente a una mantis religiosa de 15 cm. Mantis 1. Laura.0 (Tendré yo algún problema con lo baños y los bichos?)

Y para que conste, os dejo las fotos que he podido tomar.



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